La conmemoración de un hecho un tanto vergonzoso para los tres niveles de gobierno no es algo que les llame la atención realizar. El día de hoy en Guerrero como en muchos puntos de la republica mexicana diversos colectivos y organizaciones sociales conmemoraron a sus familiares desaparecidos. Esta pandemia no es un obstáculo para ellos, ya que ellos han sorteados peores pandemias, como la pandemia de la corrupción y de la indiferencia de miles de servidores públicos que tendrían que velar por hacer valer los derechos humanos y la búsqueda de la verdad y la justicia.
En Guerrero no es una conmemoración más, esta es marcada por la pérdida de una mujer, activista y defensora, que hace 7 años buscaba a su hijo, Josué Molina, la señora Guadalupe Narciso a quien conocí hace un poco mas de 3 años, cuando miramos juntos las necesidades de ver como se podría mejorar las condiciones de las víctimas de violencia. Como en muchos casos los caminos nos separaron físicamente, mas no en el objetivo. Desde donde se encuentre le decimos que seguiremos el ejemplo de su temple.
Hoy durante la misa que realizamos dentro de la fiscalía como un acto de indignación ante las autoridades, una compañera menciono:
No crean que porque ese terrible virus mortal que canceló la vida de Lupita será cancelada su lucha, ella buscó, enfrentó a gobiernos indolentes, alzó la voz fuerte que muchos pudimos escucharla y por eso hoy su hijo Josué Molina Rodríguez tendrá que ser el hijo, el hermano desaparecido al que vamos a seguir nombrando.
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