El evangelio es en si una herramienta que permite el anuncio de una buena noticia, esta buena nueva en tiempos de Jesús, llevo a un pueblo oprimido a creer nuevamente en la liberación. En el contexto latinoamericano, donde la realidad de opresión de un sistema injusto que se manifiesta en modelos económicos y políticos desiguales también este evangelio a llegado, y sobre todo se ha hecho vida.
El Padre Mario Campos fue un creyente de este evangelio, y por lo tanto un practicante del amor, la justicia y la paz que son manifestaciones de la promesa de la Buena Nueva, la Basilea, el Reino de Dios. Perdemos a un hombre de fe y de praxis. Nuestra esperanza es que las semillas del reino que sembró en la montaña guerrerense y en la costa chica puedan seguir dando flatos de Paz y de Justicia.
Hasta siempre hermano.
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